Por: Jairo Herrera Cardoso – Neuropsicólogo Educativo
La comunicación simbólica, es la más utilizada por los adolescentes y jóvenes, son expresiones que desconocen los adultos, especialmente los colores, imágenes, grafitis, lemas, slogans, símbolos y señales. La comunicación entre padres, hijos, familiares y amigos puede ser verbal, no verbal, gestual, corporal, simbólica y virtual a través de las redes sociales, por ejemplo, están de moda los emojis.
Es muy común en algunos jóvenes, el color negro, collares y anillos con dibujos de calaveras, la cruz nazi doblada en las puntas y ahora el arco iris que identifica la comunidad LGTBI. Espacios que ellos han venido ganando, cuando han dejado de ser invisibles, sin perder su proyecto de vida con calidad.
Los tatuajes y los piercings, son otra simbología, que expresan en su lenguaje corporal, paradójicamente y de manera contradictoria, algunos jóvenes y adultos, no quieren entender la simbología de la prevención y un ejemplo de ello es el desconocimiento de las señales de tránsito, su significado y normatividad.
La responsabilidad de la prevención nos involucra a todos, porque la educación se da en todo momento, en todo lugar, en lecturas, conversatorios y en las relaciones entre el hombre y la naturaleza.
A lo anterior, desde las oficinas y sin ningún sustento investigativo y de diagnóstico contextualizado, la secretaria de educación considera que expidiendo normas sin ningún lenguaje pedagógico, algunos jóvenes y alguna población adulta, entran en desacato porque su material de consumo, que para algunos educa y otros deseduca, intenta restringir el uso de celulares en los colegios, desconociendo su apoyo pedagógico.
Algunos funcionarios, consideran que con esos “aparatos”, se planean robos, venta de alucinógenos, el credicuerpo, sexting (prostitución, prepago vía celular), el sicariato y hasta la venta y alquiler de armas.
Es irónico, que el espacio público, en épocas de festividades, sean legítimos para violar el espacio de movilidad y andemnización, afectando la normatividad vigente, al pasar las fiestas, sancionan, sellan; los billares, canchas de tejo, cantinas, bares y casas de prostitución, que ellos mismos han autorizado, algunos de ellos frente a los colegios y universidades, convirtiendo las Instituciones Educativas en situación de vulnerabilidad.
Se debe crear una política pública, para prohibir las ventas frente a los colegios, en las mallas y puertas de las Instituciones, ventas de dulce, mangos biches, forchas, collares, estiques y en ocasiones por debajo, la marihuana, bazuco y el famoso perico, tubito pequeño con droga blanca por dentro, que luego la inhalan por la nariz y para rematar el Popper.
Debemos activar la corresponsabilidad, los padres de familia, les corresponde el cuidado de sus hijos, protección, comunicación y educación, según lo establece el Código de Infancia y Adolescencia, ya es hora de acabar con el falso testimonio y mito: “como yo trabajo tengo derecho a tomar trago”, es mejor un abrazo a tiempo para los hijos, que dedicar su rato libre a jugar billar, tejo y tomarse unas pocholas.
El manual de convivencia en los colegios debe ser contextualizado, con técnicas de conciliación, mediación y concertación, con un sistema disciplinario alternativo, que acepte el arrepentimiento, propósito de enmienda, reparación de la falta, corrección fraterna, acuerdo entre las partes, acción persuasiva y dialogo, aceptando los compromisos y no siempre utilizando la sanción, pues hay acciones correctivas y otras formativas.
Finalmente, se debe activar el Comité por la defensa de los Derechos Humanos en cada Colegio, Municipio, Departamento y funcionar de inmediato, los comités de convivencia escolar, establecido en la ley 1620 de 2013, el comité de prevención integral conformado por el Gobernador, alcaldes, Procuraduría, Personería, I.C.B.F., Defensoría, Casa de Justicia, Policía Nacional, Asociación de Padres de Familia, Profesores, Estudiantes, con representantes de las Secretarias de Gobierno y Educación. Prohibir, lo prohibido no funciona, existen mecanismos alternativos de solución y campañas pedagógicas de prevención. La corresponsabilidad es asunto de todos.