El Batallón de Apoyo y Servicios para el Combate N.° 9 de la Novena Brigada, la Cooperativa de Suboficiales ‘Cooleguízamo’, la Alcaldía de Neiva y el Concejo Municipal, articularon esfuerzos para rendir un tributo al cabo segundo Cándido Leguízamo en la conmemoración del nonagésimo aniversario de su muerte durante el conflicto colombo – peruano.
Con ofrenda floral, minuto de silencio y unas sentidas palabras, se homenajeó la memoria del huilense, destacando su valor y entrega, fiel representación de los soldados del Ejército Nacional de Colombia.
Su historia
Gerardo Cándido Leguízamo Bonilla, en el año 1932, cuando tenía 22 años, hizo parte de un destacado grupo de soldados que partieron de Neiva, ciudad considerada la más próxima al Amazonas y la frontera con el Perú y Brasil.
Según los historiadores, cuando Perú irrumpió en Leticia, se registró una reacción nacional contra la ocupación, siendo el Batallón Bárbula con sede en Neiva, el primero en dirigirse a la línea de frontera en una férrea defensa por la Patria.
Tras varios enfrentamientos bélicos, según los relatos históricos, el soldado Cándido Leguízamo y dos de sus compañeros, atravesaron el río Putumayo, valerosa acción en la que afectaron significativamente la invasión peruana, pero en ella resultó gravemente herido; con su cadera destrozada y el hombro roto, fue necesario iniciar una larga travesía hasta la ciudad de Bogotá, donde finalmente, a pesar de los esfuerzos médicos, falleció.
En su memoria, en la entrada principal del cementerio central de Neiva, se levantó un monumento, en cuyo epitafio se puede leer: “Héroe y mártir huilense en el conflicto colombo-peruano”. Posterior se logró un reconocimiento más, con su ascenso a cabo segundo.
Quiero morir de pie gritando Viva Colombia!, porque así mueren los vencedores», Cándido Leguízamo.