Hace un año, llegaron al cantón militar en Neiva, con la ilusión de vivir una nueva experiencia, una cargada de retos, de nuevos desafíos, de servir a su pueblo con la convicción de aportar a la seguridad y el progreso de esta la “Tierra de Promisión” y por supuesto, de hacer historia.
Atendieron el llamado, después de 25 años, el Ejército Nacional incorporaba nuevamente a sus filas, a mujeres soldados para servir a Colombia a través del servicio militar voluntario. Llegaron dispuestas a demostrar que la loable tarea de velar por el país, está cargada de pasión, entrega, sacrificio y voluntad.
La misión no fue fácil, arduas jornadas de entrenamiento, la infaltable Diana a las 4:00 de la mañana, las continuas capacitaciones, el trote con el equipo acuestas, el extrañar a mamá y papá, entre otras muchas experiencias, fortalecieron en ellas su espíritu de lucha y moral combativa, conscientes que para lograr sus sueños hay que vencer obstáculos.



Son 39 mujeres que no se detuvieron y de forma paralela a las labores para garantizar la seguridad y el bienestar de la tierra Opita, se capacitaron en el Servicio Nacional de Aprendizaje – SENA, en los cursos de Manipulación de Alimentos, Mecanizado Industriales de Madera, Aplicación en Superficies de Madera y Comportamiento Emprendedor, adicionando a su hoja de vida nuevos conocimientos.
Cuatro de ellas, decidieron seguir la carrera militar en la Escuela de Suboficiales Inocencia Chincá, recibiendo como estimulo el 30% de descuento en el valor de la matrícula. Hoy tras culminar su servicio voluntario, se preparan para ingresar a las aulas de formación, y pasados dos años obtendrán el grado de cabo tercero, el primer peldaño en una misión por seguir protegiendo a Colombia.
Durante la ceremonia de licenciamiento, también es importante destacar la imposición de la medalla «Soldado Juan Bautista Solarte Obando», distinción que solo se le otorga al mejor integrante de cada contingente, en este caso fue a la femenina Sl12. Yudy Alexandra Tovar Cerón, y al soldado Sl18. Carlos Andrés Muñoz Celada; ellos, quienes se destacaron entre las 39 mujeres y los 14 hombres que de forma satisfactoria dan por terminado su servicio militar, por sus principios y valores, basados en la disciplina y un alto sentido de pertenencia con la institución, sus familias y el pueblo huilense.



Es un hasta pronto, porque el Ejército Nacional sabe que los 53 soldados que hoy se licencian, a donde vayan llevarán en su pecho a todo un país, recordando lo que son, convencidos que desde donde estén, seguirán trabajando por “ver a Colombia, siempre grande, respetada y libre”.
De ahí que los soldados que hoy se licencian no dudaron en hacer la invitación a los hombres y mujeres entre los 18 y 24 años cumplidos, a incorporarse al Ejército Nacional, para así sumarle a sus vidas, nuevas experiencias en pro de un mejor futuro para su región y en general para un país de gente pujante.