La COP16 en su sesión de cierre aprobó dos importantes acuerdos que reconocen a los pueblos indígenas y afrodescendientes como actores esenciales en la conservación de la biodiversidad, en un momento que fue celebrado con el grito “El pueblo no se rinde, carajo». Estas iniciativas se suman a otro acuerdo alcanzado previamente en la cumbre.
Susana Muhamad, ministra de Ambiente, destacó el consenso logrado en torno al artículo 8J, al calificarlo como un momento histórico para las comunidades indígenas y afrodescendientes. Entre los acuerdos, se aprobó la creación de un órgano subsidiario que otorga a estas comunidades mayor influencia política y acceso a fondos internacionales para proyectos ambientales.
Camila Paz Romero, representante indígena, afirmó que este nuevo órgano marca un precedente global, reconociendo la necesidad de su participación activa para cumplir con los objetivos de biodiversidad. Este organismo les permitirá tener una voz permanente en el Convenio de Diversidad Biológica (CDB).
Otro acuerdo clave fue el reconocimiento de las comunidades afrodescendientes como guardianes de la biodiversidad, iniciativa impulsada por Colombia y Brasil. Este acuerdo les facilitará recursos y presencia en cumbres internacionales, donde podrán exponer y gestionar sus proyectos de conservación.
Estos logros van acompañados de un programa de trabajo hasta 2030, aprobado anteriormente en la COP16, que define el compromiso de los gobiernos con los derechos y territorios de estas comunidades. La ministra Muhamad celebró el acuerdo, destacando que con él se honra y protege el conocimiento ancestral de los pueblos indígenas y afro, saldando una deuda de más de dos décadas.