
La Gobernación de Norte de Santander calificó como «alarmante» la situación de orden público en El Catatumbo, tras tres días de enfrentamientos entre el ELN y las disidencias, que han dejado un saldo de 80 muertos, más de 20 heridos y alrededor de 5.000 desplazados. Los municipios de Tibú, Ocaña y Cúcuta están recibiendo a la mayoría de los desplazados en condiciones precarias.
En respuesta a la crisis, la Gobernación activó un plan de emergencia en coordinación con alcaldías, empresarios, organizaciones internacionales y el Gobierno Nacional. Este domingo, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, llegó a Cúcuta para un consejo de seguridad junto con la defensora del Pueblo, Iris Marín, donde analizaron medidas frente al recrudecimiento del conflicto.
Entre las acciones tomadas, se suspendieron las clases en la región para proteger a niños y jóvenes, y se habilitaron espacios como el Colegio La Esperanza en Tibú y el Coliseo Argelino Durán Quintero en Ocaña como albergues temporales. Asimismo, fundaciones como Pies Descalzos trabajan para acondicionar más espacios que acojan a las familias desplazadas.
En el ámbito de la salud, se declaró la alerta naranja para priorizar la atención de heridos y desplazados. Además, diez camiones con alimentos, colchonetas, agua potable, insumos médicos y otros elementos esenciales fueron enviados a la zona. La Secretaría de Gestión del Riesgo lidera la distribución de ayudas con el apoyo de ciudadanos y empresarios solidarios que han respondido al llamado de emergencia.