Los cardenales electores escogieron al estadounidense Robert Francis Prevost como el nuevo papa, sucesor de Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. El anuncio lo hizo el cardenal protodiácono Dominique Mamberti, quien confirmó que Prevost se convierte en el papa número 267 de la Iglesia Católica y adoptará el nombre de León XIV.
Prevost, de 69 años, nació en Chicago en una familia de raíces francesas y españolas, y pasó cuatro décadas en Perú, país donde desarrolló gran parte de su labor pastoral. Su perfil bajo, carácter tranquilo y su capacidad de conciliación le han ganado respeto en todos los sectores de la Iglesia, lo que lo convirtió en una figura de consenso.
Fue nombrado por el papa Francisco en 2023 como prefecto del Dicasterio para los Obispos, una posición clave que lo puso en contacto con obispos de todos los continentes. Su experiencia como superior general de los agustinos y su profundo conocimiento de la Curia romana lo hacen un líder con amplio bagaje en el gobierno eclesial.
En Perú, trabajó intensamente en regiones como Trujillo, Iquitos y Chiclayo, donde fue nombrado obispo por Francisco en 2015. También fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana, enfrentando con firmeza casos como el del grupo Sodalicio de Vida Cristiana, disuelto por el Vaticano.
Su elección también es vista como un gesto hacia la Iglesia de Estados Unidos, donde las divisiones internas son marcadas. Prevost podría desempeñar un papel unificador en esa región y, según analistas, su liderazgo podría atraer nuevamente apoyo financiero desde ese país al Vaticano.
