El general Hugo López, jefe de Estado Mayor de Operaciones de las Fuerzas Militares y comandante encargado ante la ausencia del almirante Francisco Cubides, ordenó el acuartelamiento de primer grado en todas las unidades militares del país.
La medida implica que pelotones, compañías, brigadas, divisiones y sus equivalentes deben permanecer en máxima alerta. Los uniformados deberán permanecer dentro de sus instalaciones con plena disponibilidad de armas, equipos y vehículos.
La orden fue dirigida a las tres ramas de la Fuerza Pública: Ejército Nacional, Fuerza Aeroespacial Colombiana y Armada Nacional, lo que incluye divisiones terrestres, fuerzas navales y comandos aéreos en todo el territorio.
La decisión se toma tras los graves hechos de violencia ocurridos el 21 de agosto, cuando un helicóptero de la Policía fue atacado en Amalfi, Antioquia, dejando seis muertos y ocho heridos.
Ese mismo día, un carrobomba explotó en inmediaciones de la base aérea Marco Fidel Suárez, en Cali, Valle del Cauca, lo que incrementó la tensión y obligó a reforzar las medidas de seguridad en todo el país.
