En un hecho que conmocionó al país fue hallado el cuerpo sin vida de la niña Valeria Afanador, de 10 años y con síndrome de Down, quien llevaba desaparecida desde el 12 de agosto en Cajicá (Cundinamarca) El hallazgo ocurrió en una zona contigua al río Frío, muy cerca del colegio donde fue vista por última vez.
El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, expresó su consternación y señaló que resulta “improbable” que el cuerpo haya permanecido en ese lugar, ya que la zona había sido inspeccionada en múltiples ocasiones desde el inicio de la búsqueda. Este aspecto alimenta la hipótesis de que el cadáver pudo haber sido depositado recientemente en el sitio.
Muchas voces se alzaron en demanda de justicia. La Procuraduría General de la Nación calificó el hecho como “aberrante” e instó a la Fiscalía y a la Policía Nacional a acelerar las investigaciones. Por su parte, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) lamentó profundamente el suceso, expresó solidaridad con la familia y aseguró que brindará acompañamiento psicosocial.
Familiares de Valeria también alzaron su voz. Felipe Afanador, primo de la menor, compartió su dolor y afirmó: “Nos la quitaron, tenemos que vivir con eso ahora”. Exigió justicia y aseguró que actuarán como representantes de la víctima para que el caso no quede impune. El abogado que representa a la familia también enfatizó en la necesidad de esclarecer los hechos y judicializar a los responsables.
La niña desapareció el 12 de agosto, tras ser vista en el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, activándose una búsqueda intensa que incluyó a autoridades, bomberos, Ejército y equipos especializados, sin obtener resultados. El caso ha dejado una profunda huella, generando indignación social y exigiendo respuestas claras en torno a lo ocurrido.
