El presidente estadounidense Donald Trump confirmó que habló por teléfono con Nicolás Maduro, en medio de nuevas tensiones entre Washington y Caracas. El gobernante venezolano denunció que Estados Unidos prepara una “agresión” contra su país y solicitó apoyo internacional para frenarla.
Trump respondió a la prensa a bordo del Air Force One, donde admitió el contacto: “No quiero comentar sobre eso, la respuesta es sí”. El mandatario añadió que la conversación “no salió ni bien ni mal, fue solo una llamada telefónica”.
El intercambio se produjo mientras Estados Unidos mantiene un operativo antinarcóticos en el Caribe, desplegado desde agosto, en el que participa el portaaviones más grande del mundo. Washington acusa a Maduro de liderar un supuesto cártel de narcotráfico.
Desde Caracas, el senador republicano Markwayne Mullin aseguró que Washington ofreció a Maduro abandonar Venezuela y exiliarse en otro país. “Podía irse a Rusia o a donde quisiera”, afirmó a CNN.
Maduro, por su parte, respondió calificando a su país como “indestructible, intocable e invencible”. En un evento de café con invitados rusos, dijo que Venezuela vivirá “las mejores navidades que hayamos conocido, porque está bella, en paz y feliz”.
El líder venezolano envió además una carta a la OPEP pidiendo ayuda para frenar “la agresión que se gesta con cada vez más fuerza desde Estados Unidos”. La misiva, leída por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, advierte que una intervención militar pondría en riesgo “la estabilidad del mercado petrolero mundial”.
Mientras Trump ha evitado hablar abiertamente de una acción militar, advirtió que los esfuerzos para frenar el narcotráfico “por tierra” comenzarán pronto y declaró que el espacio aéreo venezolano debería considerarse “cerrado en su totalidad”.
La medida provocó la suspensión de vuelos y de programas de repatriación de migrantes, aunque el gobierno venezolano activó un plan especial para el retorno de ciudadanos varados y la salida de quienes deban abandonar el país.
