Durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuestionó duramente el papel de las Naciones Unidas, la situación en Medio Oriente y la postura de países europeos frente a la inmigración y la guerra en Ucrania. El mandatario aseguró que la organización no ha estado a la altura de su misión, afirmando que no le ayudó en negociaciones para poner fin a varios conflictos internacionales.
Trump, inconforme por fallas técnicas durante su intervención, señaló que “la ONU tiene un potencial tremendo, pero ni siquiera se acerca a la altura de ello”. En su discurso, también arremetió contra el reconocimiento de Palestina como Estado por parte de algunos aliados de Washington, al calificarlo como una “recompensa” para Hamás pese a las atrocidades que atribuyó al grupo armado.
El mandatario pidió detener la guerra en Gaza y aseguró que las “palabras vacías” no bastan para alcanzar la paz. Enfatizó que Naciones Unidas no puede seguir siendo un espacio que, en su criterio, legitime decisiones que afectan la estabilidad en Medio Oriente.
Sobre Ucrania, Trump exigió a los países europeos suspender de inmediato la compra de petróleo ruso. Asimismo, acusó a China e India de ser los principales financiadores de Moscú a través de sus importaciones energéticas, advirtiendo que este comercio prolonga la guerra.
Finalmente, lanzó fuertes críticas a la política migratoria europea, asegurando que “los países se están yendo al infierno” debido a la inmigración ilegal. Según el mandatario, la ONU contribuye a esa “invasión” y es necesario poner fin al “fallido experimento de las fronteras abiertas”.