Como suele suceder en Colombia, en todos los campos administrativos, sobre la lentitud en materia de aplicación de las leyes, esto multiplica momento a momento la miseria de los nacionales donde hoy se ve que pese a que el Congreso de la República aprobó hace cuatro años la ley contra el desperdicio de alimentos con miras a frenar la hambruna que afecta todo el territorio nacional, las estadísticas por desnutrición son abundantes.
Hoy los informes recogidos de legisladores como Alfredo de Luque (Partido de la U) indican que “hoy 93 mil hogares colombianos, conformados estos en promedio de cuatro a 7 miembros, solo consume una ración diaria de comida en su diario vivir, lo que amerita atención y medidas urgentes porque son cerca de 3 millones de personas que sufren de física hambre”.
A esto se le suma la muerte por desnutrición de 300 niños al año en un país donde se pierde 9 millones y media de toneladas de alimentos por falta de correctivos que se plantean en épocas electorales, como lo expresa el senador Honorio Enriques(Centro Democrático) “la falta de infraestructura vial, falta de almacenamiento de dichos productos alimenticios, la mala manipulación y la falla en la comercialización entre otros, realidad que no se puede ignorar”.
Ante la evidencia calamitosa se hace el llamado a la aplicación de la ley contra el desperdicio de alimentos pero primero se debe cumplir unos tramites como lo explica la senadora Lorena Ríos (Colombia Justa Libres), “es importante que la reglamentemos, adecuándola a las necesidades puntuales del país, empezando por involucrar a la sociedad civil, empresariado y otras instancias para implantar sanciones”.
La eliminación del egoísmo, en la cadena productiva es la solicitud que hace el Director del Banco de alimentos Juan Carlos Buitrago a los empresarios agrícolas para que “en la selección de los productos se mantenga la disposición de donar esos alimentos que no van a poder comercializar debido a que esta pérdida se inicia en un cuarenta por ciento en la producción agropecuaria, el 23 por ciento en almacenamiento, el 21 por ciento en la distribución y el 16 por ciento en los hogares”.
Hoy cerca de tres millones de colombianos sufren de hambre crónica y según el director del banco de Alimentos Juan Carlos Buitrago con esta pérdida alimentaria se podría alimentar durante 15 años a un departamento como la Guajira, todo por falta de la aplicación y reglamentación de la ley.