La Pontificia Comisión para la Protección de los Menores del Vaticano ha instado a la iglesia en Colombia a formar un «grupo organizado» que apoye y defienda a posibles víctimas de abuso. Esta recomendación fue dada a conocer en el primer informe anual del organismo, que destaca las políticas y procedimientos de protección en varias iglesias alrededor del mundo. La Comisión fue creada por el papa Francisco en 2014 con el objetivo de combatir la crisis de abusos en la Iglesia y se reunió en abril de 2023 con miembros de la Conferencia Episcopal Colombiana durante su visita ‘ad limina’ a Roma.
El informe señala que la Comisión identificó en Colombia una infraestructura prometedora para la protección de menores, compuesta por guías nacionales, sistemas de denuncia locales y normativas diocesanas. No obstante, la Conferencia Episcopal Colombiana había solicitado más recursos humanos y financieros para implementar un plan de acción gradual en este ámbito. Además, el organismo vaticano, dirigido por el cardenal Sean Patrick O’Malley, reconoció una autocrítica por parte de los obispos colombianos sobre fallas en sus protocolos, lo cual, según la Comisión, ha contribuido al dolor de las víctimas.
Para abordar estos desafíos, la Comisión recomendó que el clero colombiano establezca un grupo de «advocacy» o defensa para las víctimas de abuso, además de diseñar políticas nuevas de apoyo. Asimismo, el Vaticano destacó la importancia de incrementar la capacitación en protección tanto para el clero como para los laicos en cada diócesis. La Comisión también considera fundamental mejorar los mecanismos de denuncia y control, y aumentar la cooperación con los medios de comunicación para garantizar una respuesta efectiva ante los casos.
Dentro de las prácticas positivas observadas, el informe subraya la implementación de evaluaciones psicológicas para aspirantes al sacerdocio, un control riguroso en el traslado de sacerdotes entre diócesis y una mayor participación de laicos en las estructuras eclesiales. Sin embargo, persisten desafíos como la falta de definiciones claras para «adultos vulnerables», la necesidad de protocolos más detallados y la ausencia de mecanismos estables para verificar y controlar posibles casos de abuso en el país.
Finalmente, el documento recuerda que, aunque la iglesia colombiana emitió en 2012 un primer protocolo contra abusos sexuales, en 2022 se publicó una actualización titulada «Cultura del cuidado en la iglesia Católica colombiana: Líneas Guía», desarrollada en colaboración con la Santa Sede. La Comisión valoró la madurez de este nuevo documento, que refuerza la protección, aunque observó que la inclusión de un apéndice legislativo ha dificultado su uso práctico en algunos contextos.