
En vísperas de la segunda investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, programada para mañana, 20 de enero de 2025, el país se encuentra en un estado de expectativa y polarización. Diversos sectores de la sociedad han manifestado sus inquietudes y esperanzas respecto al nuevo mandato.
La comunidad latina, especialmente en ciudades santuario como Chicago, enfrenta temores ante posibles políticas migratorias más estrictas. Residentes de áreas como La Villita han expresado ansiedad por la posibilidad de deportaciones masivas y redadas migratorias, lo que ha afectado la actividad económica local debido al miedo de salir de sus hogares. Organizaciones comunitarias están preparando estrategias legales y manifestaciones para enfrentar estas amenazas.
En Washington D.C., miles de personas, en su mayoría mujeres, participaron en la «Marcha del Pueblo» para protestar contra la próxima administración de Trump. Los manifestantes abogaron por la justicia de género, la autonomía corporal, la democracia y los derechos de los inmigrantes, portando pancartas con mensajes como «Feministas contra fascistas». Las fuerzas de seguridad desplegaron un amplio dispositivo para garantizar el orden durante la manifestación.
El sector financiero ha mostrado optimismo ante el regreso de Trump al poder. Bancos de inversión como JP Morgan, Citi, Goldman Sachs y Wells Fargo han experimentado incrementos significativos en sus ganancias y valor en bolsa. Se anticipa que las políticas de desregulación financiera y la relajación de requisitos de capital fomenten fusiones y adquisiciones corporativas, beneficiando al sector financiero estadounidense.
Se espera que el exvicepresidente Mike Pence asista a la ceremonia de investidura de Trump, a pesar de las tensiones pasadas entre ambos tras los eventos del 6 de enero de 2021 y la competencia en las primarias republicanas de 2024. La asistencia de Pence podría interpretarse como un gesto de reconciliación política.