El Covid-19 sigue dejando noticias tristes. Esta vez, se trata de la muerte del Presidente del grupo de patrulleros cívicos del Huila, Jaime Enrique Giraldo Gómez, quien en los últimos días se encontraba recluido en la Unidad de Cuidados Intensivos y que, falleció hace pocas horas en el Hospital Universitario de Neiva, a causa de este virus.
Giraldo, Nació el 12 de septiembre de 1978 en Sopó, Cundinamarca. Estaba casado con la patrullera cívica Isabel Moreno y era padre de una menor de edad. De sus 41 años, dedicó 25 al trabajo comunitario; cuando llegó por primera vez al grupo de patrulleros cívicos del Huila, en calidad de aspirante. Por más de 10 años, hizo parte del grupo de guardas y, desde ahí terminó de desarrollar su espíritu cívico que tanto lo caracterizaba.
También, trabajó con el municipio de Palermo en la parte tránsito, de educación y seguridad vial, antes de que participara y fuera escogido en grado de agente de tránsito, gracias a una convocatoria realizada en el municipio de Neiva.
Ocupó cargos importantes, entre ellos, se destacó en la Presidencia del grupo de patrulleros cívicos del Huila hasta el Sábado pasado cuando se escogió a quien lo reemplazaría.
Sus compañeros lo recuerdan como un ser entregado al servicio y al trabajo social. ‘Era una persona muy colaboradora y dinámica, hemos perdido a un gran ser humano. Nos enseñó a trabajar desinteresadamente. El 5 de agosto fue la última vez que lo vi. Se sintió enfermo cuando un compañero suyo salió positivo o asintomático; desde ahí, aislaron su grupo de trabajo pues, trabajamos en grupos de 10.’ Expresó con nostalgia, el Director de Patrulleros Cívicos, José Farid Suaza Alvarado.
Asimismo, es recordado por todos los servicios que prestó, entre ellos, el servició de los 15 años —desde 1990 —, chambelanes y de edecanes en el Festival Nacional del Bambuco.
‘Él fue una persona ejemplar, alegre y colaborador. Era uno de los mejores compañeros que teníamos.’ Con estas palabras, Andrea Tovar nos describe a un hombre que hoy deja una huella intachable en los Patrulleros Cívicos de la ciudad de Neiva.
Una historia que no tendrá fin, su legado seguirá intacto en quienes, como él, entregan toda una vida de servicio a la comunidad neivana.
Finalmente, hoy en horas del mediodía, su cuerpo fue llevado hasta el horno crematorio de la funeraria San José, vía fortalecillas; junto a compañeros y familiares, con el fin de despedirlo. Se espera que sus cenizas sean entregadas lo más pronto posible para darle el último adiós.
Por: Daniel Avendaño.