Home / Destacado / Hoy es Miércoles de Ceniza, ¿qué es y qué significa este día?

Hoy es Miércoles de Ceniza, ¿qué es y qué significa este día?

Hoy, 22 de febrero de 2023, es Miércoles de Ceniza. Se trata de una celebración litúrgica cuya fecha va cambiando cada año, aunque siempre oscilando entre el 4 de febrero y el 10 de marzo. Este día marca el inicio de la Cuaresma, la cuenta atrás de la Semana Santa, los 40 días previos (sin contar los domingos) a la resurrección de Jesús.

El génesis del Miércoles de Ceniza se sitúa en el siglo II, cuando los cristianos empezaron a prepararse para la Pascua con dos días de ayuno y penitencia, procedimiento que fue extendiéndose a toda la Semana Santa hasta que, en el año 325 (Concilio de Nicea), ya se estableció en 40 días. Dicha cifra tiene un significado especial para el cristianismo, coincidiendo con los 40 días que Jesús pasó en el desierto, los 40 años en el desierto del pueblo de Israel o los 40 días de ayuno de Moisés en el Sinaí y de Elías en el Horeb.

Como recuerdan desde el Vaticano, al principio, la Cuaresma comenzaba seis domingos antes de la Pascua; pero como los domingos no se ayunaba, en el siglo V se procedió a separar el Jueves y el Viernes Santo del Triduo Pascual para contarlos como Cuaresma. Más tarde, la Cuaresma se adelantó cuatro días, llegando así al actual Miércoles de Ceniza.

¿Qué lo mueve a una fecha u otra?

El eje que marca el calendario litúrgico del primer tercio del año es la Pascua de Resurrección, que se hace ‘coincidir’ con la primera luna llena de la primavera. Esta fase del satélite terrestre no llega este año hasta el 5 de abril (Miércoles Santo), por lo que el primer domingo por detrás queda consignado como Domingo de Resurrección (esta fiesta no es movible, por lo que se sigue esta regla lunar).

Siete días antes llegará el Domingo de Ramos, que no sólo marca el arranque de la Semana Santa, sino que además es la fecha a la que descontar los días de esa cuarententa, los 40 días de la Cuaresma que marcan el 22 de febrero como Miércoles de Ceniza.

Se trata de una importante cita en el corazón del cristiano por suponer el inicio del tiempo preparatorio para la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, o lo que es lo mismo, la Semana Santa.

Al igual que este conjunto de días no cae siempre en los mismos días de la primavera, tampoco lo hace la jornada que indica el cambio de tiempo litúrgico, de la que media la Cuaresma, cuya etimología lleva a la voz latina ‘quadragesima’, es decir, cuarentena.

De esta forma, el Miércoles de Ceniza de 2023 cae en 22 de febrero, una fecha ni muy temprana ni excesivamente retrasada, si se compara con los que están por venir en 2027 y en 2030: el 10 de febrero y el 6 de marzo, respectivamente (igual que el vivido en 2019).

¿Qué lo mueve a una fecha u otra?

El eje que marca el calendario litúrgico del primer tercio del año es la Pascua de Resurrección, que se hace ‘coincidir’ con la primera luna llena de la primavera. Esta fase del satélite terrestre no llega este año hasta el 5 de abril (Miércoles Santo), por lo que el primer domingo por detrás queda consignado como Domingo de Resurrección (esta fiesta no es movible, por lo que se sigue esta regla lunar).

Siete días antes llegará el Domingo de Ramos, que no sólo marca el arranque de la Semana Santa, sino que además es la fecha a la que descontar los días de esa cuarententa, los 40 días de la Cuaresma que marcan el 22 de febrero como Miércoles de Ceniza.

La imposición

Otra de las cuestiones que puede suscitar más curiosidad al profano es el rito en sí que se oficia, la imposición de ceniza que el sacerdote realiza sobre la frente del piadoso, en la que dibuja la señal de la Santa Cruz.

El motivo no es otro que recordar el carácter mortal de cristiano, en un momento en el que se inician días de reflexión previos al acto de amor que el Redentor pudo hacer por la humanidad, morir por ella para la salvación de los pecados.

Las frase «Polvo eres y en polvo te convertirás», que el ministro de la iglesia pronuncia en el acto de la imposición, no deja lugar a dudas, como tampoco la que recoge el sentido último de este rito, que además viene acompañado de un ejercicio de ayuno: «Conviértete y cree en el Evangelio».

Esto se consigue gracias al simbólico carácter penitencial que envuelve a la ceniza en el mundo judío, con muestras en las Sagradas Escrituras como es el caso del profeta Jonás.

Respecto al origen de dichas cenizas, no se precisa un ‘viaje’ tan largo, pues éstas se obtienen de la incineración de los ramos bendecidos en el Domingo de Ramos del año litúrgico anterior.