Por: Jairo Herrera Cardoso – Neuropsicólogo Educativo
Es importante recordar la época de la efectividad de los telegramas y para ahorrarnos algunos centavos, omitamos palabras y algunas sílabas, los mensajes se redactaban de manera breve, actualmente ocurre lo mismo cuando se envía un mensaje de texto vía WhatsApp. Ahora se escuchan los diálogos caseros de algunos niños, niñas y jóvenes que omiten palabras y sílabas para expresar sentimientos de cariño, afecto y empatía. Agregando además el lenguaje del chañol y los emojis.
Los chicos con un tono amable y agraciado saludan, Hola pa, Hola ma, Hola pro, Hola abue, y para ponerse, en sintonía, los adolescentes y adultos utilizan la misma frecuencia en sus sitios de trabajo, saludan: Hola mi querido doc, amigas llegó la neuro o en el barrio: Hola veci.
La taxonomía y la neuro en este mundo globalizado y estrictamente especializado con el avance de la ciencia, las tecnologías y las nuevas profesiones en esta dinámica social que no se detiene, que a vasalla la épica, la alteridad y la templanza, es hora de aprender a des conceptualizar y decodificar y a desestructurar mapas mentales y viejos paradigmas.
Desde el nacimiento de las Neurociencias, se incursiona en la Neuropsicología, Neurolingüística, Neuropediatría, Neuroftamologia, Neurología, neuroepmiología, neuroimagen, Neurodidáctica, Neuropedagogia, Neuroteología, entre otros.
Las experiencias espirituales, son improntas acumuladas en el cerebro humano y en esta actividad cerebral tienen función muy importante los lóbulos temporales y parietales, lo anterior es el resultado del estudio realizado por el neuro científico canadiense Michael Persinger a comienzos de la década de los años 80 en los albores del siglo XX.
Existen diferencias de conceptos científicos de expertos que consideran la Neuroteología como Bioteología o Neurociencia espiritual, mediante el cual, se analizan las actividades neuronales a través de experiencias religiosas y creencias espirituales, que se han venido acumulando en el cerebro humano.