Por: Nicolás Ordoñez Ruiz // Columnista
Según el DANE, Bucaramanga lleva 18 meses continuos siendo la ciudad con el menor registro de desempleo en Colombia, alcanzando además una reducción histórica en la tasa de informalidad, casi 10 puntos porcentuales por debajo de la media nacional. No es un tema menor, y debemos reflexionar respecto a ¿qué se ha hecho?
Históricamente de por sí el santandereano ha sido resiliente por naturaleza, y esto tiene un componente sociológico. Los relieves del departamento son muy accidentados, por lo tanto, la tierra ha resultado muy difícil de trabajar, condición qué desde el inicio de los tiempos les ha dado a los nacidos en esta zona del país un factor diferencial con el resto en este sentido.
Después de la pandemia, el país quedo afectado principalmente en temas sociales. En 2020 registramos un 42.5% en pobreza monetaria, gravísimo, si no fuera por los esfuerzos del Gobierno Nacional de la época, el resultado hubiera sido desastroso.
Bucaramanga en ese contexto hizo algo muy importante, tomar decisiones basadas en la información y no en la emoción, siendo la 2da. ciudad de Colombia con más rápida vacunación. Curiosamente, también abrió los colegios públicos más rápido qué cualquier otra ciudad, con un propósito, qué las madres y padres pudieran salir a rápidamente a trabajar en lugar de estar en casa únicamente cuidando a sus hijos.
Por otro lado, para impactar en el empleador, si bien los subsidios a la nómina fueron generales, se focalizaron y fortalecieron los sectores de producción más fuerte de la urbe, como el sector calzado, por ejemplo.
Lo anterior se materializó en acciones como 70.000 millones de pesos otorgados en microcréditos a través del instituto de empleo y 400.000 millones invertidos en obras públicas, esto se traduce en empleo. Hoy la cifra de desempleo es de 7.3% y la brecha de género en tasa de desempleo es de -0.4, es decir, las mujeres tienen más trabajo qué los hombres.
Al margen del éxito de Bucaramanga, qué ha sido un ejemplo en el trabajo armónico entre la Alcaldía municipal, empresarios, PYMES, academia y por supuesto la base laboral, hoy Colombia refleja que va muy mal en materia de crecimiento económico con apenas un 0.3%, demoledor.
Estoy plenamente de acuerdo con el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo. Los ires y venires del Gobierno Nacional, sus deplorables reformas y la falta de decisión nos tienen hoy en una «economía enfriada por la incertidumbre”.