Santiago Becerra
A las afueras del Unicentro de Neiva, vía al Caguán, se encontraba la familia de Valentina González. Una menor de 15 años, que, al parecer, ingirió algunas pastas para quitarse la vida y; posteriormente a su muerte, hicieron pasar el fallecimiento como causa del Covid-19, según cuenta su madre.
María Judith Tovar, la madre de la joven, narra que, el pasado lunes, encontró a la joven desmayada en su cama, a causa de ingerir amitriptilina, pastillas suministradas por sus amigas. La joven, había comentado que su abuela, necesitaba estas pastillas para su salud y por esta razón era importante encontrarlas. De inmediato, tras el hallazgo, la madre, ingresó con la joven al hospital, atendida en urgencias por los funcionarios. Allí le prestaron los primeros auxilios, realizar un lavado en su cuerpo, al igual que, le realizaron exámenes. El médico le informó que estaba en un estado de coma y, posiblemente, presentara muerte cerebral.
Pasados los días, más exactamente, el viernes, cuatro días después del ingreso de la joven; le informaron a la señora María Judith, por medio de un diagnóstico, que la vida de la joven no se podía salvar. La causa, muerte cerebral. Pero lo que extraña e impacienta a la señora María Judith es que el expresa, que la joven ingresó al hospital por Covid-19.
Sospecha la madre, que la razón por la cual, la joven tomó estas pastas, fue por sus malas calificaciones; el proceso de las clases virtuales generaba en ella un estrés al no entender; sumándose, además, el desespero por estar encerrada en su hogar. Ella recuerda su hija, como una joven bondadosa, alegra y amable con su núcleo cercano.