
Durante un acto de disculpas públicas a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, el presidente Gustavo Petro aseguró sentirse como un “preso vigilado segundo a segundo” por la oligarquía del país, afirmando que no ha podido ejercer plenamente su mandato. Como ejemplo, mencionó su fallido intento por condecorar a más de mil soldados en El Plateado (Cauca), frustrado por la supuesta falta de medallas en la Cancillería.
El mandatario criticó duramente el funcionamiento de los poderes del Estado, al señalar que estos actúan en beneficio de los poderosos y no del pueblo. Cuestionó si en Colombia realmente existe un Estado Social de Derecho, y denunció que la justicia, el Congreso y sectores de la Fuerza Pública se habrían vendido a intereses económicos que perpetúan la impunidad y la violencia.
Petro también arremetió contra partidos políticos y expresidentes, acusándolos de bloquear las reformas sociales necesarias y de haber permitido las condiciones que llevaron a Colombia a ser uno de los países más desiguales del mundo. Rechazó el dominio de la codicia sobre la política, y señaló que algunos partidos se han convertido en “propiedad privada” de grupos económicos.
Finalmente, el presidente insistió en que la construcción del Estado Social de Derecho requiere subordinar los poderes públicos al pueblo, y no a las élites económicas. Aseguró que el presupuesto nacional sigue privilegiando el pago de la deuda sobre la inversión social y comparó la violencia en Colombia con los ataques en Gaza, acusando a la oligarquía colombiana de haber causado “diez veces más muertes”.