Por Carlos Héctor Gómez – Columnista
Presentó Gustavo Petro en su discurso, noble, esperanzador, el decálogo de sus grandes trasformaciones por la vida , sus comprometidas reformas, que desde hoy deben empezar a volverse realidad, entrego un mensaje sencillo, conciliador, por, la, paz, la vida y la seguridad de los colombianos avizora, desde ya una política diligente, llena de verdaderas realizaciones. De ese modo la paz será el estandarte para mover toda su dinámica política de trasformación social, que será de quiebre con puntuales vientos de cambio, que serán en disminuir los efectos del conflicto armado, será su espada para liberar al país de 60 años de guerra, tarea que conoce perfectamente, administración, tendrá que dar en sus primeros 100 días los pincelazos de su forma de gobierno, generar empleo, disminuir la delincuencia, contrarrestar la inflación será esas primeras tareas en su transición. Serán los desafíos enormes para contrarrestar el estallido social; la pobreza, y la inequidad.
Serán recaudos de 50 billones, para balancear el aparato fiscal y atender el estallido social. En un desafío, que empezara desde la Presidencia y todo un revolcón en su estructura fiscal.
El desafío de la izquierda con Petro, contraerá, como va a maniobrar con los grandes quilates los macro intereses de los grupos económicos establecidos dueños del país, los cacaos poderosos, Santodomingo, Ardila, sarmiento Angulo que son el brazo que mueve la economía, del país, en el escenario de pesos y contrapesos, el Congreso como el gran estandarte de las leyes y las reformas, así como el pulso de las regiones, que esperan; la descentralización verdadera de los recursos, para de esa manera apalancar la izquierda, que en cuatro años, con muchas expectativas, apenas se observaran las pinceladas de un gobierno, que no puede improvisar y del cual en su primer año, fijara el rumbo de la izquierda en el poder.
Los gobiernos que nos llenaron de miedo, para estar en el poder, hoy viven su incertidumbre, de muchos que se quedaron en el confort del facilismo, de salir a matar, o robarse el país, en esa cultura crecieron nuestros hijos creando un escenario de comodidad de unos, que lleno de miseria a muchos los mismos los Uribe, Pastrana, Santos, Gaviria, Duque, los de cuna de oro, los que no han comido mierda.es la hora del cambio, en nosotros mismos, llegó la hora de acabar la indigencia postrada hacia los pobres, la hora, de salir a trabajar vencer el miedo. Es mejor tener expectativas, que seguir viviendo sin esperanza de hombres y mujeres grises, subsidiados de pobreza de familias en Acción.
Rodearse de los, más experimentados, como ministros, es una carta de confianza, de que no podrán cometer muchos errores respecto a la función pública y sus primeros cien días, será el termómetro de esos vientos de cambio.
Si bien, el General Petro como dirían algunos; como en el laberinto del Poder, tendrá que sacar todo su talante y no despeinarse frente a una Colombia de desafíos que vive de emociones y amarguras, poder decirle con la espada de Bolívar, Comandante salve usted ,la Patria, eso será solo si, abrazamos todos; esa Espada de Paz y Libertad.
No será fácil sacar del país,, de la cultura de la violencia, corrupción y del narcotráfico, de una nación que se enfermó del facilismo, de una sociedad enferma mentalmente ligera, de anti valores, una juventud consumidora de drogas. Y el vacío inmenso, profundo, de los nadies de la Colombia olvidada; será sin duda estas pinceladas al menos, emprender las acciones de su gobierno, para matar el hambre que es un buen comienzo. Para pretender vivir sabroso.