Durante su intervención en el Consejo de Ministros, el presidente Gustavo Petro aseguró que la situación en Venezuela debe resolverse con la participación de su pueblo y de todas las fuerzas políticas, “sin exclusión”. Recordó que durante dos años trabajó con el entonces presidente estadounidense Joe Biden en una salida pacífica, que permitió a Colombia tener voz en el vecino país y promover “más democracia sin exclusiones, una amnistía general, un gobierno de transición compartido y elecciones libres”.
El mandatario advirtió sobre los posibles efectos económicos de una apertura del mercado petrolero venezolano, que podría hacer caer el precio del barril de crudo pesado hasta los 50 dólares en 2026. “Colombia, Venezuela y Texas tenemos petróleos pesados que podrían ver caer su rentabilidad al extremo”, explicó.
Petro alertó que si esto ocurre, los títulos respaldados en el petróleo de Texas podrían generar un gran impacto en la economía de Estados Unidos y del mundo. Frente a este panorama, reiteró que la alternativa está en las energías limpias y la cooperación regional.
“Colombia y América del Sur pueden ayudar a limpiar la matriz energética de los Estados Unidos”, afirmó, señalando que se necesitan cerca de 500 mil millones de dólares para transformar ese potencial en una generación sostenible. Destacó que no se trata de un regalo, sino de “un negocio mutuo que no genera heridos ni muertos, sino una alianza hacia la economía del futuro”.
Finalmente, insistió en que “el principal problema de seguridad de América es la crisis climática”, y que su solución debe ser el punto de encuentro entre las naciones del continente.







