En una decisión que reactiva la carrera de uno de sus oficiales más condecorados, el Gobierno nacional designó este martes al general William Rincón como el nuevo director de la Policía Nacional. La Presidencia confirmó la información, con lo cual se inician los trámites administrativos para su reintegro a la institución, de la cual había salido hace ocho meses durante los cambios realizados por la anterior dirección.
La vuelta del general Rincón a la primera línea de mando representa un giro significativo. Su anterior cargo como inspector general le granjeó un profundo conocimiento de la institución y, pese a su salida en el «remezón» del gobierno pasado, logró conservar un importante capital de respaldo entre altos círculos oficiales y entre sus pares. Su hoja de servicios está jalonada por numerosas condecoraciones que reflejan una carrera dedicada al servicio.
El nombramiento, no obstante, no puede desligarse de un capítulo trágico y personal que marcó su vida y que lo proyectó ante el país desde una dimensión humana y doliente: el asesinato de su hijo, Juan Felipe Rincón. El crimen del joven de 21 años, ocurrido en el barrio Quiroga al sur de Bogotá, se mantiene en la absoluta impunidad. Las «extrañas circunstancias» que rodearon el hecho, según lo han calificado las autoridades, motivaron una exhaustiva investigación por parte del CTI de la Fiscalía, que hasta ahora no ha determinado a los responsables.
La designación del general Rincón combina, por tanto, la elección de un líder con credenciales técnicas sólidas con la historia de un hombre que ha experimentado en carne propia el flagelo de la violencia que azota al país, un factor que sin duda definirá el tono y la sensibilidad de su mandato al frente de la Policía Nacional.
