La ministra de Ambiente, Lena Estrada, presentó ante el Congreso un proyecto de ley que busca prohibir en todo el país la exploración y explotación de yacimientos no convencionales de petróleo y gas, así como el uso del fracking. La propuesta representa un avance clave en la protección de los territorios y recursos naturales del país.
El fracking, técnica que consiste en fracturar el subsuelo con agua a alta presión mezclada con químicos, ha sido cuestionado por sus impactos ambientales y sociales. La ministra advirtió que esta práctica pone en riesgo la vida de las comunidades, contamina el agua y el aire, y afecta gravemente la salud de los ecosistemas.
El proyecto se basa en evidencia científica que señala problemas como la contaminación de ríos y acuíferos, el consumo excesivo de agua, la generación de residuos peligrosos y la emisión de gases como el metano. También se reportan afectaciones a la agricultura, la biodiversidad y la salud humana.
Casos internacionales refuerzan las alertas: en Pensilvania, por ejemplo, se detectaron niveles elevados de metano en pozos de agua cercanos a zonas de fracking. En Nuevo México, un estudio demostró que el ruido constante de esta técnica altera los bosques y el equilibrio ecológico local.
La iniciativa, respaldada por la comunidad científica, ambientalistas y sectores sociales, busca avanzar hacia una transición energética justa y sostenible. Según la ministra, esta ley responde a un mandato ciudadano para cuidar el territorio, proteger el agua y garantizar el bienestar de las generaciones presentes y futuras.