Por: Jairo Herrera // Folclorista y Escritor
1. Amar la Tierra de Promisión que nos vio nacer y resaltar personajes ilustres como José Eustasio Rivera, Jorge Villamil y Antonio Cuéllar Rumichaca.
2. Disfrutar del jolgorio cantando joropo, bailando Sanjuanero y en- tonando un buen rajaleña de Aipe, La Plata, Teruel. Guacirco y Campoalegre.
3. Saborear un bizcocho de manteca, una mistela, un quesillo ya- guareño, un exquisito asado huilense y un Sancocho de gallina.
4. Pronunciar con gallardía el lenguaje opita y popular: Guámbito, chingue, culimbo, zarzo, buen primor, guarilaco, segundilla, zum- bambico y gritar en las fiestas ¡Viva San Pedro!
5. Cuando sea invitado a una fiesta familiar, halagar a sus invitados
diciendo: ¡viva el que baila, viva el dueño de casa y que viva yo!
6. Haber sido asustado y espantado por la viuda alegre, el carro fantasma, la patasola, la madre monte, las brujas de Otás, la llorona, el duende y cualquier leyenda o mito de la cultura mega- lítica del alto Magdalena.
7. Visitar una de las tantas maravillas con que cuenta nuestra Tierra de Promisión: El Desierto de la Tatacoa en Villavieja, las Terma- les de Rivera, la Caja de Agua de Paicol, el Alto de los Ídolos en San José de Isnos, la Estatuaria Agustiniana, la Cueva de los Guácharos en Acevedo, el Salto de Bordones en Saladoblanco y el nacimiento del Río Grande de la Magdalena en el Páramo de las Papas.
8. Sentir nostalgia, añorar y soñar con el canto de las aves y el regreso de los loros al parque Santander.
9. Ser alegre, hospitalario, honesto, emprendedor, trabajador y lu- cir con orgullo un buen sombrero suaceño, un rabo ‘e gallo, unas alpargatas y un traje blanco, símbolo de pureza y grandeza del opita.
10. Bailar acompañado un palo parao, sanjuaneros, bambucos, tor- bellinos y pegarse la rodadita.