Sugerencias para una buena animación: normas de protocolo.

Sugerencias para una buena animación: normas de protocolo.

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Por: Jairo Herrera // Folclorista y Escritor

Los periodistas además de vender publicidad, debe hacer reportaría, animaciones, locuciones, presentaciones, maestrías de ceremonia, voceadores de tiendas, supermercados, publicistas, reporteros gráficos, animadores de orquestas, narradores, comentaristas, voz comercial, analistas, redactores, lectores de noticias, entre otros.

El hombre integral debe manejar todos los campos con argumentos acorde a la profesión; es decir, con elementos teóricos y no egoístas, porque el súper ego no permite mirar la realidad, sino contemplarla.

En tiempos de aires sanjuaneros y sanpedrinos, debemos diferenciar entre un animador y un maestro de ceremonias, lo más razonable es que el periodista tenga una formación para ser maestro de ceremonia o por lo menos una capacitación y como vive muy ocupado haciendo de todo, mínimo debe recibir una alfabetización.

Para contextualizar el sanjuanero huilense, el presentador, como cortesía a la Huilensidad luce el traje típico y no un traje llanerizado o costeñizado; ubiquémonos con una maestría de ceremonia en el festival del joropo y la leyenda vallenata  y para algunos sabiondos, imagínense, si a usted le permiten presentarse en una tarima con el traje animador típico del Huila en cada una de esas regiones mínimo lo bajan de la tarima de Francisco el hombre.

Ahora bien, un lector de noticias es eso, leer noticas, una voz comercial, lógico lee textos comerciales, un animador de orquestas, es un animador, un presentador, es elemental, presenta, un narrador deportivo, hace su labor en ese campo y a su vez cuenta con un comentarista deportivo.

Existen normas de protocolo para un maestro de ceremonias, porque también los hay del folclor, bandas sinfónicas, reuniones sociales y hasta para desfile de modas, por lo tanto, debe ir presentado para la ocasión: Buen traje, un atril, un texto o libreto, no debe mascar chicle, abstenerse de ser pantallero, no gritar, no convertir la maestría en departamento de saludos, no pasearse por el escenario, no abandonar al público y tener entre otras cosas empatía.

La etiqueta y el glamour son elementos fundamentales en las relaciones sociales, además de la cortesía, si usted recibe una invitación y en la tarjeta le ordenan de ir con traje especial o saco y corbata, debe estar agradecido y asistir a la ocasión tal como se lo solicitaron y no presentarse deportivo, con sombrero y discutiendo que se apareció así al evento, porque no lo invitaron, la excusa es irreverente y el tono grotesco ridiculiza la profesión.

La voz para algunos no es importante, pero existe la voz noticiosa, coloquial, imperativa, promocional, melódica y aunque no lo crean la voz del pregonero y del payasito. En consecuencia, se debe educar la voz en vocalización, pronunciación y dicción. No es justo que el periodista que tenga voz comercial impostada vaya a realizar una maestría de ceremonias con tinte pregonero.

Como afirmábamos, el periodista hace de todo, entonces, descaracteriza la profesión y se ofrece al mejor postor de la publicidad y permite bajar el rango y la categoría para vender su trabajo como animador y maestro de ceremonia, por la cuota más baja, por eso los empresarios cuando buscan animadores no van por la calidad sino por la cuota mínima.

Vale destacar que aún quedan en el medio periodístico verdaderos reporteros y voces que resaltan su labor, no entregando su trabajo por dadivas y migajas, porque la calidad no se improvisa, debe ser como reconocimiento y no por casualidad, algunos han caído en la categoría de encuentros entre amigos por puestos y no valoran su labor, los favores, no deben reemplazar la ética profesional y en con- secuencia la ética periodística.

Los cupos publicitarios generan controversia y dependencia por parte de los periodistas que venden a entidades, empresas y personajes de la política, los favores políticos invaden la calidad de animadores, presentadores y maestros de ceremonia porque si no lleva la firma o la llamada telefónica usted no podrá ser ni siquiera jefe de prensa.

Las normas de protocolo van de la mano con la ética y el prestigio de los comunicadores sociales, todos podemos contribuir en mejorar la calidad del trabajo periodístico con dignidad y decoro, la profesión de periodista es invaluable, por eso no se puede confundir valores axiológicos con valores monetarios.

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