Un cese al fuego entre Israel y el movimiento Hezbolá entró en vigor este miércoles 27 de noviembre (hora local), marcando el inicio de una tregua tras 14 meses de enfrentamientos transfronterizos. Mediado por Estados Unidos, el acuerdo busca poner fin a un conflicto que ha desplazado a más de un millón de personas en Líbano y miles en Israel.
El pacto estipula un alto al fuego inicial de dos meses, con compromisos mutuos: Hezbolá deberá retirar sus fuerzas armadas del sur de Líbano, mientras que Israel retirará sus tropas de la frontera. Un panel internacional liderado por Estados Unidos supervisará el cumplimiento de estas medidas.
La tregua llega después de una intensa escalada, que incluyó el ataque aéreo más devastador sobre Beirut desde el inicio del conflicto. Este bombardeo, realizado el martes 26 de noviembre, dejó al menos 42 muertos, según autoridades locales.
Líderes de ambas partes han mostrado un respaldo cauteloso al acuerdo, calificándolo como una oportunidad para detener una guerra que comenzó con los ataques de Hezbolá en apoyo a Hamás, tras el ataque de este grupo contra Israel el pasado 7 de octubre.
Aunque el cese al fuego representa un avance significativo, Israel advirtió que responderá si Hezbolá viola el acuerdo, dejando entrever la fragilidad de la tregua en una región marcada por décadas de tensiones.