Una demanda laboral sin precedentes fue presentada contra varias multinacionales que distribuyen sus productos a través de vendedores ambulantes en Colombia, por presunta explotación laboral y vulneración de derechos humanos fundamentales.
El documento denuncia la existencia de una estructura de trabajo sin garantías, donde miles de personas laboran sin seguridad social, prestaciones ni salario digno, situación que, según los demandantes, constituye una forma de servidumbre moderna. La acción se fundamenta en el Código Sustantivo del Trabajo, la Constitución Política y convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como la Convención 29 sobre Trabajo Forzoso y la Convención 111 sobre Discriminación en el Empleo.
El abogado Óscar David Benavides Angulo, quien lidera la demanda, conoce de cerca la realidad de los vendedores ambulantes: comenzó a trabajar a los 17 años en Bogotá, vendiendo productos como Crem Helado, Bon Ice y Vive 100 en zonas como el Portal de la 80, Engativá, Corabastos y Patio Bonito. Fue testigo de las largas jornadas y la falta de contratos que caracterizan a esta forma de comercialización.
“Es una forma de esclavitud moderna que se ha naturalizado en las calles del país”, señala el texto de la acción judicial, que busca no solo reconocer derechos laborales, sino también sentar un precedente legal y social frente a las nuevas modalidades de explotación en la economía informal.
La demanda fue radicada ante el Ministerio de Trabajo, y se espera que impulse medidas para proteger a miles de vendedores informales. El caso reabre el debate sobre la responsabilidad social de las grandes marcas y la dignificación del trabajo informal, considerada una deuda histórica con quienes sostienen buena parte de la economía popular colombiana.
