Las tensiones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos volvieron a escalar luego de que el Gobierno estadounidense interceptara un tercer buque petrolero en aguas internacionales del Caribe, el segundo durante el fin de semana, según informaron fuentes oficiales.

Un funcionario estadounidense, bajo condición de anonimato, señaló que el buque “estaba sujeto a sanciones”, aunque no se precisó el lugar exacto de la operación. El hecho se suma a la reciente incautación de otro barco cargado con crudo venezolano, acción que Caracas calificó como un “robo y secuestro”.

En un comunicado difundido por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, el Gobierno venezolano denunció además la “desaparición forzada” de la tripulación y advirtió que “estos actos no quedarán impunes” y que los responsables “responderán ante la justicia y la historia”.

De acuerdo con las autoridades estadounidenses, el buque detenido este sábado, identificado como Centuries, pertenece a una empresa china que no figura en la lista de embarcaciones sancionadas por Washington.

A pesar de las incautaciones, Venezuela reiteró que mantendrá sus compromisos de exportar alrededor de 700.000 barriles diarios de petróleo a China, su principal cliente. En tanto, el congresista republicano Carlos A. Giménez respaldó las acciones de su país y afirmó que “el petróleo de Venezuela no le pertenece a Maduro ni al cartel de los soles”.