El anuncio del presidente Gustavo Petro de fijar el salario mínimo para 2026 en 2 millones de pesos, incluido el auxilio de transporte, desató una fuerte controversia entre los empresarios. El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, calificó el incremento —cercano al 23 %— como una medida “política y demagógica”, adoptada sin verdadera concertación y con fines electorales.

En entrevista con Recap Blu, Cabal aseguró que la mesa de concertación convocada por el Gobierno fue una “farsa”, pues el monto del aumento “ya estaba definido desde el inicio”. Según el dirigente gremial, el Ejecutivo engañó a empresarios y trabajadores al simular un diálogo que nunca existió. “Este es un salario político, un incremento populista de cara a las elecciones de 2026”, afirmó.

Fenalco advirtió que el aumento no se traducirá en un mayor poder adquisitivo, como plantea el Gobierno, ya que numerosos bienes, servicios y trámites están indexados al salario mínimo. Esto incluye multas, costos de salud, vivienda de interés social y servicios básicos, los cuales subirían en la misma proporción, neutralizando cualquier beneficio y presionando la inflación.

Cabal también alertó sobre el impacto que el incremento tendría en el empleo formal. Recordó que el 93 % de las empresas del país son micro, pequeñas y medianas, y que muchas no podrán asumir el aumento de los costos laborales. “Esto derivará en despidos, menor contratación y más informalidad, afectando a los mismos trabajadores que el Gobierno dice proteger”, enfatizó.

Además, el gremio advirtió sobre las implicaciones fiscales de la medida. Según sus cálculos, el alza costaría alrededor de 9,2 billones de pesos al Estado, dado que múltiples salarios públicos están atados al mínimo. Cabal cuestionó que se tome esta decisión en medio de un déficit fiscal y tras declarar una emergencia económica por falta de recursos. “No había razones técnicas ni económicas para un aumento de esta magnitud”, concluyó.