En su intervención en la Cumbre del G-20 en Río de Janeiro, Brasil, el presidente Gustavo Petro enfatizó la necesidad de reformar la gobernanza mundial eliminando el poder de veto del Consejo de Seguridad de la ONU. Según el mandatario, esta medida es clave para construir una democracia global que permita enfrentar las guerras, el hambre y las crisis ambientales.
El poder de veto, otorgado tras la Segunda Guerra Mundial a China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, ha sido objeto de críticas, ya que permite bloquear resoluciones mayoritarias. Petro argumentó que este sistema es incompatible con los principios democráticos.
Como parte de su visión de reforma, Petro instó a que las decisiones adoptadas en las COP climáticas sean vinculantes, es decir, de cumplimiento obligatorio para los países. Esta propuesta busca que las medidas para mitigar el cambio climático tengan un impacto efectivo en el ámbito global.
En paralelo, Colombia participa en la COP29, donde ha planteado un pacto de alivio de deuda para impulsar inversiones en transición climática, destacando el compromiso del país con la sostenibilidad.